
Durante el homenaje a la reconocida antropóloga y feminista Rita Segato, en el Centro Municipal de Cultura, un bostezo cambió la historia universitaria: el rector de la Universidad Nacional de Río Negro, Anselmo Torres, le pidió la renuncia a su secretario general, Luis Vivas.
El gesto —captado en plena ceremonia donde Segato era distinguida con el título de Doctora Honoris Causa— fue interpretado por un grupo de trabajadoras, legisladoras, concejalas e integrantes de la Red Interinstitucional de Género y Diversidad de Viedma como algo mucho más grave: un “bostezo obsceno”, nada menos.
En un comunicado conjunto, las firmantes aseguraron que el acto no fue “una casualidad ni un problema de salud”, sino una “expresión de impunidad, machismo y misoginia” dirigida hacia “la palabra de una mujer, ni más ni menos que Rita Segato”.
El texto, además, celebró que este “bostezo de ruptura” haya servido para romper un silencio institucional de años y alentar nuevas denuncias de violencia y desigualdad dentro de la universidad.
Mientras tanto, Vivas ya no bosteza: renunció.



