Ante la posibilidad de un retroceso en el estatus sanitario de la Patagonia, un factor crucial para la ganadería y fruticultura, el Gobierno de Río Negro rechazó fervientemente las modificaciones propuestas, teniendo en cuenta las posibles consecuencias negativas para el crecimiento y desarrollo de la producción regional.
Este estatus diferencial fue clave para acceder a mercados internacionales y posicionar a la Patagonia como un área de calidad sanitaria, por lo que cualquier cambio en este sentido podría poner en riesgo la competitividad y el posicionamiento estratégico de la región.
En este contexto, el ministro de Desarrollo Económico y Productivo de Río Negro, Carlos Banacloy, manifestó: “Si se retrocede en lo que significa un estatus sanitario como el que tiene la Patagonia, rápidamente perderíamos un montón de mercados y todo ese crecimiento de posicionamiento de la Patagonia como un mercado diferencial.»
Por último, señaló: «Es un retroceso significativo, ya que perderíamos numerosos mercados y el avance en el posicionamiento de la Patagonia como un mercado diferencial», y agregó que «la Patagonia cuenta con un estatus sanitario diferencial que posibilitó el crecimiento y desarrollo de muchos de nuestros procesos productivos».