
«Las Juntas Médicas de la provincia están bajo el ala de Función Pública y fue a través de ellas que se encendieron las primeras alarmas. En algunos casos se emitían hasta 20 o 30 certificados por día. Encontramos una fábrica de certificados que eran vendidos a las y los agentes públicos que los solicitaban», detalló Lastra.
El Gobierno provincial puso el ojo en la cantidad de certificados que llegaron a las áreas de recursos humanos de cada ministerio, provocando un marcado ausentismo en las áreas de trabajo. «El presentismo hace que se resientan servicios como los de Salud, Seguridad y Educación, por ejemplo», aseguró.
«Los certificados tenían un precio según la cantidad de días que indicaban y también según la especialidad o patología. Los certificados psiquiátriacos eran de los más caros», agregó Lastra.
Respecto a cuál es el mecanismo correcto, Lastra explicó que «si el certificado supera las 72hs de tratamiento, la Junta Médica debe hacer un monitoreo, llamar al empleado que lo presentó, convocarlo a que se apersone en sede de la Junta Médica y, eventualmente en algunos casos, ir hasta el domicilio a constatar el hecho que se notifica en el certificado».



