
Según las nuevas disposiciones, las personas involucradas en la actuación de una contravención podrán ser demoradas en el lugar o en una dependencia policial por un tiempo máximo de ocho horas. El legislador Lucas Pica, se refirió al respecto y dijo que «Es un instrumento de pacificación. Nos dimos cuenta de que necesitaban mayores instrumentos en el contexto de flagrancia, como lo es la figura de la demora preventiva».
Además, con esta nueva medida los agentes estarán autorizados a secuestrar elementos relacionados con el hecho sin necesidad de orden judicial, salvo en casos específicos. En este sentido, Pica añadió: «El Poder Ejecutivo está demostrando esta necesidad de leer la realidad y poder actuar en consecuencia para transformarla», y recordó que el nuevo Código reemplazó a un régimen que databa de 1969, enmarcado en otro tipo de sociedad, y que se confeccionó tras un arduo trabajo realizado junto al presidente de bancada, Facundo López, para que “puedan administrar los conflictos vecinales nuestros jueces de paz”.
En cuanto a las medidas cautelares, los jueces de paz podrán ordenar la prohibición de acercamiento y de comunicación entre la persona supuestamente agresora y la víctima o testigos, incluso a través de medios telemáticos. Carmelio Pilquinao, de Vamos con Todos, señaló que estas reformas «vienen a corregir cuestiones de la ley hoy vigente» y representan «un paso importante hacia adelante en la mejora de nuestro sistema contravencional».
El proyecto recibió el respaldo unánime de todos los bloques legislativos, aunque algunos expresaron reservas sobre ciertos aspectos. La legisladora Daniela Agostino destacó la necesidad de proteger a las víctimas, mientras que Martina Lacour expresó una sensación ambivalente. Ante las dudas sobre la aplicabilidad del actual Código Contravencional, Pica aseguró que la mitad de los conflictos se resolvieron mediante mediación, desmintiendo la idea de su nula aplicación.



